lunes, 7 de junio de 2010

El Secreto en el jardin del Bien y el Mal

Fue que desperté, en el mundo humano oliendo el dulce perfume de las magnolias. Entre el bien y el mal se libraba todavía una batalla sin fin, fue entonces que tras disiparme en el dolor, el rostro de otro ángel me despertó.. Cual fue mi equivocación, que de un humano se debía de tratar.

Una dulce mujer fue la que me recogió, ella todavía no podía creer en la existencia de un ángel como yo, desde entonces que la decidí cuidar. Cuan amable ella era, tan hermosa y perfecta, no podía creer que ahora ella se miraba hacia el espejo y que significaba esa sortija; porque ella evitaba luego conmigo hablar, yo le había prometido que amarnos para siempre seria algo de nosotras.

Ella me juro que era imposible, que podíamos al infierno ir. "Soy un ángel" fue que le insistí, ella solo negó y decía que las flores como ella tendían a volverse corruptas ante tales debilidades. Me había recuperado, y al cielo no me importaba de nuevo jamás regresar, ahora quería yo todas sus palabras negar, porque, porque de nuevo me niegas el besar.

Como un ángel, puede compartir la manzana del pecado si ante el humano muestra su mayor debilidad, como se podía imaginar lo difícil que ya de cualquier forma es. Me escape y jure regresar, sin embargo ella no me escucho.

***

Llevo un tiempo que ella se fue y parece que jamás regreso, que pesar pues vacía me siento yo. Me miro al espejo que la tiara de matrimonio me queda bastante bien, simplemente siento mis labios, será que extraño ese sabor a melocotón de los labios de ella. "Perdóname, perdóname de haberte arrojado de mi casa así" Rogué que Dios le llevara me encargo al cielo, y que comprendiera lo mal que podría estar.

Casi olvidando que las compras debía de realizar, cuando una mirada galante durante el camino a la calle me atrapó. Parecía una anormal atracción, mi mirada ante el sucumbió al asombro de lo idéntico su rostro al ángel podía parecer. Mas, sus dedos entre mis manos entrelazo; sin absolutamente nada que decir se presento con el nombre de Gabriel, por que será Dios que me resulta tan familiar aquella palabra que hizo nombrar.

Los momento de felicidad no se hicieron de esperar, pues con el logre de mi boda escapar; todo simplemente fue como el paraíso y entre las flores donde a ella la conocí fue que pactamos el por siempre juntos proseguir. Desde aquella noche fue que le pertenecí, de ahí seria suya hasta la eternidad; entre lagrimas mi sonrisa apareció parecía que nada mas podría mejorar y al cielo agradecí, pero un relámpago de luz detrás de mi apareció.

Era el rostro de un joven ángel, que con mirada de rencor mostraba la ira que en el albergaba. Citando una promesa en el nombre de Gabriel, que era aquel ángel que en su corazón siempre albergó y que con ella había tenido el deseo de luchar, me culpo que por causa de mí pecado al cielo sus alas tuvo que sacrificar para estar a mi lado.

No me dejo explicar, simplemente el sonido hueco de un disparo fue que sacudió mi cuerpo dejando caer en un charco carmesí. El ángel en vapor se convirtió, dando lugar al rostro confundido de mi amor; este entre sus brazos me sujeto.


"Parece que apenas me puedes recordar, mi amada que yace helada en los brazos de Morfeo. Mi vida la he decidido solo a ti dedicar. Aun al pecar contra Dios, contigo decidí estar y no te tienes que preocupar, pues el precio de mi condena con mi muerte he de pagar; me volví un demonio para poder contigo estar...”

Fue que mostraste ese rostro frente a mí, el rostro del ángel que un día a mi casa lleve; eso explicaba las marcas en tu espalda. Al fuego eterno por mi te decidiste entregar y ahora en cenizas frente a mi te habías de volver.

Este amor que empezó en el Jardín, dio lugar a una semilla y en una rosa teñida en sangre origino.

1 comentario:

  1. en el Jardín, dio lugar a una semilla y en una rosa teñida en sangre origino

    Al fuego eterno por mi te decidiste entregar y ahora en cenizas...

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